Elizabeth Mendoza / Foto: Alfredo Juárez
Con el objetivo de compartir experiencias con las comunidades de Capulalpam de Méndez, Magdalena Teitipac y San José del Progreso que han sufrido afectaciones a causa de la minería; integrantes de la delegación «Si a la vida y a la madre tierra, no a la minería» fijaron un pronunciamiento en contra de las prácticas mineras en Oaxaca.
Los integrantes de la delegación provenientes de Tailandia, Canadá y Estados Unidos manifestaron que luego de la visita en las comunidades, detectaron diversas afectaciones derivado de las prácticas destructivas que realizan las empresas mineras afectando el ecosistema.
Expusieron que empresas como Fortuna Silver, Sundance Resourses, Plata Real Minerals, Tugkum Limited, Imperial Metals Corporation, Taseko Mines Limited, Barkerville Gold Mines, Consol Energy y A and G Coal Corporation han contaminado el agua, desalojado y dividido a las comunidades para obtener beneficios a través de la minería en México y en otros países.
En ese sentido los integrantes de la delegación, lamentaron que los gobiernos locales, estatales y federales no cuentan con políticas públicas que salvaguarden a las comunidades para evitar la minería, contrario a ello promueven la ganancia antes que la seguridad, la salud y la libertad de los pueblos que supuestamente representan.
Señalaron que quienes radican en comunidades en las que se han instalado empresas mineras, no confían en sus autoridades al solapar prácticas sucias que se esconden en discursos de responsabilidad social y falsas promesas de desarrollo.
«En Canadá las empresas mineras derramaron más de 26 mil litros de desechos en nuestros ríos y lagos, ahora no podemos comer los peces, ni beber el agua porque se encuentra contaminada, las empresas mineras tienen instalaciones en otras partes del mundo afectando a muchos pueblos», recordaron.
Asimismo, añadieron que en el caso de Tailandia derivado de la minería se ha visto más contaminación, el agua se encuentra cargada de altos niveles de metales pesados, además de que hay más violencia entre los pueblos, «las empresas mineras contrataron a personas para agredir y golpear a las personas de la comunidad, por lo que iniciaron un proceso legal en contra de los responsables».
Por ello quienes conforman «Si a la vida y a la madre tierra, no a la minería» agregaron que es necesario que las comunidades que enfrentan los mismos riesgos y consecuencias puedan compartir experiencias arraigadas en cada cultura para defender la vida y el territorio en las zonas afectadas.