A la opinión pública.
Los últimos días he sido víctima nuevamente de una lamentable y ofensiva campaña de desprestigio orquestada por quien pretende secuestrar Oaxaca a través de su hijo Alejandro. Hablo, por supuesto, de José Murat el ex gobernador.
El pasado lunes anuncié que me sumaba al proyecto de Pepe Toño Estefan Garfias a la gubernatura de Oaxaca.
Quiero decir que como militante del PRI y dirigente de la Red Jóvenes X México en Oaxaca, en su momento manifesté y di mi apoyo al candidato Alejandro Murat, sin embargo, he podido darme cuenta de quién es en realidad el que manda en esa campaña y pretende gobernar nuevamente a Oaxaca. Por eso y porque coincido con Pepe Toño Estefan Garfias, es que decidí mejor sumarme a su proyecto.
Tras anunciar mi adhesión, los Murat mostraron su verdadera cara: autoritarismo, intolerancia a quien opina diferente y violencia de todo tipo en contra de quien consideren su enemigo por el simple hecho de no estar sometido a su servicio.
Desde el mismo lunes he sido víctima de una campaña ruin que ofende no sólo a mí sino a todas las mujeres oaxaqueñas; una campaña con la que pretenden desprestigiarme para que mi voz no se escuche, pero que sólo confirma que mi decisión es la correcta, una campaña que ha afectado a mi familia, amigos y compañeros como es el caso de Lízbeth Martínez quien fuera mi suplente en la pasada campaña a diputadas federales y que hoy cobardemente y sin conciencia lastiman empañando su intachable conducta, no podemos permitir el regreso de quienes han hecho tanto daño a nuestra tierra y que nunca han sabido respetar a una mujer.
Soy una mujer orgullosa de mis principios, valores y convicciones en mi trabajo. No me acallarán quienes así lo pretenden porque mi voz no es sólo mía sino de muchas mujeres y jóvenes que queremos un futuro mejor para Oaxaca, un futuro en el que la divergencia de opiniones no nos haga objeto de la vejación y la bajeza de quien pretende ostentar el poder para mantenerse intocable en una tierra que le repudia.
Murat ha demostrado estar dispuesto a pisotear la dignidad de las mujeres para conseguir su objetivo, y no podemos permitirlo. Las mujeres oaxaqueñas somos decididas, fuertes y dignas; merecemos y exigimos respeto.
Por eso yo le digo NO a la misoginia, no más un Oaxaca secuestrado y NO más un Oaxaca con mujeres maltratadas. Estamos firmes hacia el futuro.
Oaxaqueños, digamos NO a Murat!
Yo ya me atreví… Y tú cuando?