Asustados y amedrentados andan Pepe y Elpillo por los constantes regaños y exigencias de la militancia verde en Oaxaca y no es para menos, han nadado dos años de muertito embolsando una buena lana y nomás no se ve por donde vayan a perfilar las cosas para obtener resultados satisfactorios el próximo año.
José Antonio Estefan Gillessen (hijo de Pepe Toño Estefan) y Elpidio Altamirano (yerno de Jorge Villacaña) tomaron la batuta del Partido Verde en Oaxaca a principio de 2019, sin más legitimación que la bendición de su Senador, Raúl Bolaños, que además se tuvo que convertir en su operador para que su llegada no fuera demasiada complicada, hicieron una alianza con los Oscares en el Istmo (Toral y Guerra) y con la Diputada de su partido, Aurora López Acevedo (por fin se le hizo realidad el sueño de ser diputada). Recibieron un partido con una Diputación plurinominal, que después serían dos y con casi 900 mil pesos mensuales de prerrogativas, una situación completamente privilegiada con relación a las dirigencias pasadas.
Dicen que en buena parte estos logros se deben al trabajo de los que en ese año fueron candidatos a las presidencias municipales y que lograron entre todos hacer la roncha necesaria para que el partido arañara el 3% necesario para el registro y la diputación plurinominal, amén de la operación que los representantes del partido en los consejos distritales hicieran el día de la jornada de recuento para poder rescatar más votos que fortalecieran al partido, y en los que doña Aurora prometió hasta concesiones de taxis (que nunca ha cumplido) para poder lograr la cuota.
Desde entonces y a la fecha, estos muchachitos -como los califican la mayoría por su inmadurez e irresponsabilidad- se la han pasado mintiendo, prometiendo y comprometiendo sin cumplir ningún acuerdo con los comités municipales, lo sucedido el día lunes en el que les tomaron las oficinas y se las pintarrajearon es sólo una parte de lo que responde su militancia ante sus actos desatinados. Dicen que vienen más reclamos contra ellos, porque no explican qué sucede con los 900 mil pesos que cobran puntualmente de prerrogativas, porque a los comités y posibles candidatos los quieren traer como el burro de la zanahoria y ese talento sólo lo tenía Moisés Molina.
En el istmo su alianza les obligó a entregar el partido a Óscar Toral, un habilidoso empresario que ha hecho y desechó en el partido y al que deben el respaldo para su llegada a la dirigencia, sin embargo dicen que hasta Toral está harto de estarles resolviendo sus contratiempos, tanto que hace más o menos un mes durante una gira a la que los obligaron a ir, ya que los señoritos no salen y se la pasan uno en México y el otro en su casa, les leyeron la cartilla… muy enojada la legión de verdes del istmo les dijo que sino podían con el paquete que renunciaran, que nunca les ven la cara, no hacen reuniones, no existe estrategia electoral y cada que los ven o les toman la llamada están ebrios y lo que les sigue, tanto fue el enojo que a los pocos días tuvo que aterrizar en el istmo el mismísimo Senador Raúl Bolaños Cacho para lograr acuerdos y proteger a sus cachorros.
Sin embargo, el descontento al interior crece, cada vez hay más resentidos porque dicen que estos amigos se creen dueños de una franquicia en la que se quieres trabajar la haces, pero que sino la puerta está muy grande, se sienten en grandes ligas y patrones de todos, quieren que les hagan la chamba y no se ensucian los zapatos. Vaya, si para todos los partidos está complicado lo de la credibilidad, imaginen que les espera con esta actitud, se vislumbra que las condiciones con las que recibieron el partido no serán ni por asomo las mismas en que lo entreguen y menos si están pensando aliarse con MORENA, se los van a comer vivos.
Se rumora que su gran afición al alcohol y otras sustancias les ha traído más de una desavenencia con actores políticos de talla estatal, al tiempo.
Dicen, que Oscar Toral está pidiendo la dirigencia para imponer un incondicional, a ver cuanto más les dura el gusto. Sino Toral se les va a regresar al PRI, eso ténganlo por seguro. A ver qué les dicen sus “padrinos después del 2021”