Principal Agenda Politica Juana García Simón, ejemplo de la fuerza del casco amarillo que rompe estereotipos

Juana García Simón, ejemplo de la fuerza del casco amarillo que rompe estereotipos

Por Redaccion

 

• Actualmente 24 mujeres realizan acciones en campo en la Jurisdicción Sanitaria Istmo para combatir al dengue, paludismo y Chagas, entre otros padecimientos

 

Por comunicado.  

 

Santo Domingo Tehuantepec, Oax. 10 de noviembre de 2025.- Bajo el sol ardiente del Istmo, Juana García Simón camina con su característico casco amarillo, símbolo del personal de Vectores, y con él, abre brecha de oportunidades para las mujeres dentro de Servicios de Salud de Oaxaca (SSO).

 

Hace 21 años, cuando ingresó como técnica en Programas de Salud, Juana no imaginó que se convertiría en la primera mujer “casco amarillo” en salir a campo en la Jurisdicción Sanitaria 2 Istmo. En aquel entonces, las labores de control de enfermedades transmitidas por vector como dengue o paludismo eran consideradas terreno exclusivo para los hombres.

 

Con disciplina, se adentró en comunidades lejanas, cargó bombas aspersoras y equipos de fumigación. Su entrega la llevó a destacar rápido, primero como jefa de brigada, luego de sector, y hoy, como jefa del Distrito 1 de Salina Cruz, en el que coordina a 20 trabajadores que siguen sus pasos.

 

“El dengue es un reto diario -dice con una sonrisa serena-. Pero recuerdo bien las temporadas difíciles de 2008 a 2010, cuando redoblamos esfuerzos para cortar la transmisión del paludismo. Fue una batalla dura, pero la ganamos con compromiso y unión”, dijo.

 

A sus 57 años, “la jefa Juanita” -como la llaman con respeto sus compañeros-continúa con recorridos en colonias y comunidades; supervisa campañas de control larvario, rociado residual, termonebulización y eliminación de criaderos del mosquito transmisores del paludismo.

 

Su liderazgo no solo ha dejado huella en la salud pública del Istmo, sino también en la conciencia colectiva de su equipo. En cada jornada, demuestra que el compromiso y entrega no tienen género, sino que la verdadera fuerza se mide con servicio, no de manera física.

 

“Mi mayor recompensa es saber que mi labor protege a las familias istmeñas. Me enorgullece demostrar que las mujeres también podemos estar en campo, hombro a hombro, al cuidado de la salud de la gente”, afirmó.

 

Actualmente en la Jurisdicción Sanitaria Istmo, 24 oaxaqueñas muestran con su trabajo diario al combatir enfermedades como dengue, paludismos y Chagas, entre otras; que la inclusión y el respeto hacia ellas es una realidad que se consolida cada día más en la entidad.

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