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Pérez Gavilán, crimen político

Por Redaccion

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Gildardo Mota

Ante la falta de una versión oficial, la muerte de Rafael Pérez Gavilán Escalante terminó por convertirse en un secreto a voces: crimen político.

Y es que pese a que el escenario de su muerte se ha pretendido aparentar un acto de ejecución, el hecho muestra beneficiarios involucrados en los Servicios de  Salud de Oaxaca, ya que en la mañana del cinco de marzo, durante una  reunión del Organismo Público Descentralizado (OPD), Rafael  Pérez Gavilán Escalante  manifestó disposición para revelar el desvío de mil 500 millones de pesos.

A Rafael Pérez Gavilán Escalante lo propuso para el cargo de Subdirector General de Administración y Finanzas de los Servicios de Salud de Oaxaca, Jorge Castillo, amigo íntimo y operador político y financiero del gobernador Gabino Cué Monteagudo, también ex representante del Gobierno del Estado en el Distrito Federal, la recomendación chocó con el equipo del titular de los SSO, Germán Tenorio Vasconcelos.

Hasta febrero del año en curso, Gavilán Escalante se suponía ser el segundo funcionario más importante de los SSO, después de Germán Tenorio Vasconcelos, sin embargo, la presión del comité ejecutivo de la Sección 35 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Secretaría de Salud propició su renuncia, paralela a la de Marco Antonio Fuentes del Toro, entonces Director de Recursos Humanos.

Pese a la recomendación de Jorge Castillo, el nombramiento de Gavilán Escalante fue de papel, pues en la práctica José Antonio Correa Argüello administra en forma ilegal cuentas bancarias de economías de los Servicios de Salud de Oaxaca, en donde se ubica el desvío de mil 500 millones de pesos.

Correa Arguello, arribó en forma oficial como titular administrativo de los SSO durante la administración de Rafael Aragón Kuri, posteriormente, por sus” habilidades financieras” prosiguió con Martín Vásquez Villanueva y luego con Germán Tenorio Vasconcelos, aunque sin nombramiento.

Los diversos actores  que conforman la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud son financiados por Correa Arguello, incluso el supuesto dirigente independiente Saúl Ulises Cortés Maldonado es respaldado económicamente por el citado “funcionario” de los SSO, Gavilán Escalante, sólo recomendó a uno que otro trabajador de confianza.

Durante el primer año de Gobierno de Gabino Cué Monteagudo fue nombrado en calidad de Subdirector General de Administración y Finanzas de los SSO, Sergio Arnaud Galguera, actual Presidente del Comité de Adquisiciones y Servicios de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca, quien abandonó inmediatamente el cargo ante las amenazas de muerte vertidas en su contra por el Coordinador de Jurisdicciones Sanitarias, Samuel Julio Jiménez González.

Y es que Jiménez González se hace valer de supuestas relaciones especiales adquiridas durante su paso como médico de la Penitenciaría de Santa María Ixcotel, sus amenazas permitieron condiciones para el arribó de Gavilán Escalante.

Jiménez González, al interior de los SSO representa el brazo ejecutor, su negocio radica en los contratos de construcción de los hospitales y unidades médicas, opera nombramientos de directivos de la institución, a quienes ya en el cargo les aplica una cuota mensual por la recomendación.

En sustitución de Gavilán Escalante llegó otro recomendado, Hugo Espinosa, ex titular del desaparecido FIDEAPO y ex funcionario del IEEPO, su presencia sólo generó incomodidad para ambos grupos que se disputan el poder económico de los SSO, pues se detectó el desvío de mil 500 millones de pesos.

El asesinato de Gavilán Escalante, personaje pudiente de la “vallistocracia”, se perpetró después del medio día del cinco de marzo, horas antes participó en una reunión del OPD, en ese acto se abordó el tema del desvío de los mil 500 millones de pesos, recurso al que nunca tuvo acceso el ex Sub Director General de Administración y Finanzas de los SSO, pero que conocía al actor o actores que incurrieron en el ilícito.

Durante los últimos dos meses, Gavilán Escalante enfrentó diferencias con su subordinado, Rubén Celestino Portillo Mijangos, Director Administrativo de los SSO, los desencuentros derivaron del manejo financiero, ya que el segundo en referencia obedecía órdenes de Tenorio Vasconcelos.

El asesinato de Gavilán Escalante permite condiciones favorables para el grupo que desea ocultar el desvío de los mil 500 millones de pesos, economías de los SSO, por cierto que son administradas indebidamente por un personaje que carece de nombramiento.

 

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