Los Lobos de la BUAP mantuvieron la categoría pero sus asistencias no dejan de asemejarse más a las del Ascenso MX que a las de Primera División.
Con el peor promedio de aficionados en casa durante los dos torneos que completó en el Máximo Circuito, el cuadro licántropo registró en la reciente Jornada 2 una entrada de apenas 5 mil 845 personas.
Esa cifra fue incluso menor a la del Tampico Madero el último fin de semana, cuando los tamaulipecos tuvieron 7 mil 461 espectadores, o a la del San Luis en el inicio del torneo del Ascenso, cuando tuvo una entrada de 11 mil 271 aficionados contra Mineros en el Estadio Alfonso Lastras.
Aun cuando es el estadio de menor capacidad en Primera, con 19 mil 283 lugares, en el Olímpico de la BUAP frecuentemente predominan las gradas semivacías. La entrada del sábado pasado contra el Veracruz fue la segunda peor durante su corta estancia en el Máximo Circuito, ya que en la Fecha 1 del Apertura 2017 registró 5 mil 815 aficionados.
En esa campaña, la de su debut en Primera, los Lobos tuvieron el peor promedio, con 10, 395 aficionados por juego. La situación se repitió para el Clausura 2018, cuando incrementaron su media a 13 mil 268, pero aún fue la más baja, esa vez menos que el León, el segundo con las entradas más pobres, con 16 mil 975 seguidores en cada partido en casa.
Si las asistencias en el estadio de la BUAP lucen más cercanas a las del Ascenso, el contraste con las de Primera es mucho mayor comparadas con las de Monterrey, donde Tigres suele jugar con llenos de casi 42 mil personas y Rayados de 51 mil.
Curiosamente, el fin de semana pasado en que Lobos tuvo la peor asistencia de la Fecha 2, el segundo juego con menos aficionados fue el del vecino Puebla, con 14 mil 326 en su juego frente al Toluca. Cabe decir que los Camoteros además fueron el segundo equipo con peores entradas en el Apertura 2017, debajo de Lobos.
Los únicos partidos donde los de la BUAP han tenido buenas entradas han sido porque reciben a equipos como América, Chivas, Pumas o Cruz Azul, o bien frente al Necaxa en el penúltimo partido del torneo pasado, cuando se jugaba la vida para evitar el descenso, el morbo que al menos les provocó algunas buenas asistencias, factor del que ya no se «benefician» esta vez, pues el descenso fue suspendido por un par de años.
MEDIOTIEMPO