WASHINGTON, DC. (OEM-Informex).- ¡Ah! nada como la Cooperación Conjunta. Inestimable instrumento. Cooperación que ayuda a cuidar fronteras. “México lo hace magníficamente”. Tanto que le ha evitado graves “quebraderos de cabeza” a Estados Unidos. Cooperación: México ayuda a Estados Unidos. Estados Unidos ayuda a México. Cooperación: Para el comercio y la economía. Para que la globalización dé más de lo que quita. Cooperación para que mercancías y personas crucen más rápido nuestras fronteras. Cooperación México contra sus delincuentes, los traficantes de drogas que inundan Estados Unidos de heroína y otros derivados de la amapola. Cooperación: Ya no vienen tantos mexicanos a Estados Unidos. Los que migran vienen de Centroamérica. México los contiene. Vigila su frontera Sur. Cooperación: Mucho mejor que cualquier muro.
Cooperación. Clave, fórmula mágica. Ábrete sésamo del siglo XXI. ¡Ea! Vamos a formalizar los acuerdos que la dilaten más allá de periodos presidenciales y jefes de Estado. Revisemos -si es posible- fortalezcamos, vigoricemos los acuerdos ya existentes. El NAFTA. O Teelecé. Tratado de Libre Comercio. Creó trabajos en ambos países. Aceleremos el Transpacífico. Ya estamos en infraestructura fronteriza. Para modernizar “la línea”. Diálogo Económico de Altura. Grupo que trabaje. Pues no todo el trabajo lo deben realizar ellos. Reuniones y juntas y acuerdos de funcionarios. Que se lleguen legiones de estudiantes, académicos, “cerebritos” mexicanos a pulirse en los “United States”. Hace 4 años venían 15 mil cada año. Ahora son 64 mil. Bienvenidos lo que aquí quieren doctorarse. Habituarse al “american way of life”. Estados Unidos y México son socios, amigos. “Familia, dijo Barack Obama. Aliados confiables. Relación esencial para cada República. A México le vendemos más que a China, India y Rusia juntos. Avanzamos juntos en la lucha por un ambiente más sano. Lo que digan sobre nuestra injerencia en Turquía y su reciente revuelta es completamente falso. No exponemos a nuestros diplomáticos”.
Cooperación. Reconocimiento. Discreción. ¡Chitón! Respeto. ¿Elecciones en Estados Unidos? Que los ciudadanos estadunidenses digan, discutan, voten. México será aliado y buen vecino -muy respetuoso, muy discreto, indiferente casi- ante la renovación presidencial. Estaremos listos para mantener la magnífica relación que hoy tenemos. En rigor, este es un gran momento del trato entre estos 2 países.
“Debo dejar bien sentado”, expresó el presidente Enrique Peña Nieto, que mis declaraciones fueron descontextualizadas. Reiteró: México se mostrará profundamente respetuoso de cara al proceso electoral en Estados Unidos. Únicamente a los ciudadanos de este país toca decidir el rumbo político de su nación. ¿Quedó claro?“ESTA ES QUIZA NUESTRA ÚLTIMA REUNIÓN EN THE WHITE HOUSE”, OBAMA Y PEÑA NIETO
Barack Obama se desmarca: “Yo no tuve tiempo para observar la Convención del Partido Republicano. Yo tengo mucho trabajo. Felicito ¡eso sí! a los responsables de la seguridad en Ohio. Lo hicieron muy bien. Llegó mucha gente. Y no hubo incidentes. Y por otra parte leo y me asombro. Tal parece que aquí reinara el caos. Que todo se va a ir a “despeñaperros”. Leo y reflexionó: “¿De dónde sacarán esas cosas? ¿Acaso no se preparan las familias para pasar un buen fin de semana en casa, con amigos? ¿No irán a ver jugar a sus hijos en el equipo escolar? ¿Caos? ¿Desorden? ¿El acabose? Pues no.
Salón Roosevelt. Por Theodore. “Teddy”. El hombrón que solía ir de cacería. Perseguía osos grises. Mamíferos corpulentos, feroces. Tras ellos iba el presidente Roosevelt. Precursor de la Política del Gran Garrote. El vigesimosexto habitante de The White House. La vivió desde 1901-1909. Un óleo de John Singer Sargent pintado en 1902 se ubica en el ángulo superior izquierdo del elegante ligar. Alfombras de verde y marfil tenue. Y parquet a prueba de decenas de sillas. Paredes “pintadas de cremoso marfil. Como el techo. En techos grises discretos. Y los candiles, los tres candiles esféricos que lo iluminan. A unos pasos el pasillo. Apenas una ojeada al óleo de John Fitzgerald Kennedy. Impresiona, estremece y evoca -de golpe y porrazo- la tragedia del 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas. Hospital Parkland.
Dos presidentes. Barack Obama -anfitrión. Invitado de honor el de México, Enrique Peña Nieto. Largas exposiciones. Reiteradas expresiones de amistad, gratitud, propósito. Vistazos al pasado. “Aquí nos conocimos a fines de noviembre de 2012”, recordó Obama. “Con su antecesor también tuve buena amistad”, reconoció. Y Enrique Peña Nieto que no duda en elogiar el cálido vinculo que desarrollaron a los largo de años e intenso diálogo. Ambos producen algo nostálgicos:
“Esta es -probablemente- la última ocasión en que nos reunimos aquí. En enero de 2017 Barack Obama cederá The White House a un nuevo responsable de la Oficina Oval. Por Lafayette Square trotan, caminan, pasan acezantes corredores cavilosos ancianos, doloridos convalecientes, reconcentrados oficinistas, asombrados turistas, amorosas madres que empujan carriolas en cuyo interior dormita un recién nacido. Es temprano. Apenas las 7. Pero la intensa claridad permite distinguir -a plenitud- la formidable construcción. La residencia del Poder. Por encima de la sobria fachada se distingue el vértice, la cúspide del Obelisco.
Que no interesa gran cosa a los sin hogar. A los desharrapados -miserables- que dormitan en las bancas del espléndido parque. No hay guardia que moleste a los que se cubren la cabeza con un raído chaquetón. Su sombra es oscuridad. Pueden dormir a pierna suelta. El zureo y el batir de alas de palomas en estampida no perturba su escape. Y las carreras y saltos de ardillas de lomo dorado no los inquieta.
Jackson -reza. dice el pedestal- sobre el que se alza el brioso corcel que el jinete -ataviado con los marciales arreos de un militar- obliga al corcel a sostenerse sobre sus cuartos traseros. El centauro lo sujeta y ordena. Mano firme en las riendas. Y logra el equilibrio para quitarse el bicornio. Fuerza del bronce. Circulo bien protegido. Y cuatro cañones apuntan a los cuatro puntos cardinales.
ELSOLDEMÉXICO