México, Estados Unidos y Canadá representan un caso de éxito a nivel internacional. Sus economías combinadas representan la cuarta parte del Producto Interno Bruto mundial y el 14 por ciento de las exportaciones del orbe.
Y las industrias de servicios también hoy son más integradas. E impulsados por la inversión regional, los sectores financieros, de seguros y telecomunicaciones y los servicios de intercambio comercial de la región, aumentaron de 1.7 mil millones de dólares en 1993 a más de 100 mil millones de dólares al año. Además, se abren nuevas oportunidades en áreas como salud, educación y energía.
Así lo dijo la canciller Claudia Ruiz Massieu al clausurar el XV Encuentro Regional Anual para América del Norte, frente a líderes de diferentes ámbitos de las tres naciones.
Norteamérica, dijo la titular de la diplomacia, es el mejor ejemplo para demostrar que el libre comercio y la integración sí funcionan. Se ha convertido en una verdadera innovación conjunta de diseño, producción y servicio.
La industria avanzada como la aeroespacial, automovilística, electrónica, de maquinaria y farmacéutica representan casi la mitad de todos los bienes comercializados en esta área.” Y más importante: nuestros países no solo comercian con productos terminados entre sí sino que construyen cosas juntas. Por ejemplo los automóviles norteamericanos cruzan 8 veces las fronteras de la región, durante el proceso de ensamble”.
Y enfatizó: “Estoy convencida de que en un futuro cercano las etiquetas de “Hecho en México”; “Made in the United States” o “Fabriqué au Canada”, darán paso a la denominación” Hecho en América del Norte”.
Sostuvo a titular de Relaciones Exteriores que Norteamérica demostró que la integración no es una imposición geográfica. Es una elección estratégica y soberana, pero también inteligente. Nuestros países se encuentran conectados por muchos puentes: cielos, aguas y montañas.
Resaltó que desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte –TLCAN- en 1994, el comercio de la región creció de 290 mil millones de dólares a más de 1.1 billones de dólares en 2016.
Sostuvo que la lección es fuerte y clara. En el mundo de hoy nadie, ningún país y ninguna sociedad pueden prosperar en el aislamiento. “Esto es algo que México, Estados Unidos y Canadá entienden bien. Hemos cosechado los beneficios por más de 20 años de trayectoria de una prosperidad común asegurada.
Y esta lección es hoy más relevante que nunca, cuando el proteccionismo está resurgiendo en algunas latitudes y el prejuicio vuelve a convertirse en parte del discurso político, precisó.
A todos los presentes, les dijo: “Creo que estamos aquí para hablar sobre el futuro, listos para discutir la agenda del post TLCAN para el siglo XXI”.
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