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México, factor de debate en EU: Peña Nieto

Por Redaccion

PEÑA NIETO 23

HANGZHOU-XIAOSHAN, China. (OEM-Informex)- “México es hoy -en un hecho inédito, según afirmó ayer aquí el presidente Enrique Peña Nieto- elemento, factor de debate entre los contendientes por la Presidencia de los Estados Unidos”. Además refirió que “en conversación con el presidente Barack Obama, ambos acordaron continuar con la línea de trabajo que establece su agenda”. A punto de regresar a México tras su participación en la Cumbre del G20 narró a reporteros que “reiteré al presidente Obama el total respeto de México hacia el proceso electoral que transcurre en la Unión Americana y nuestro evidente interés en el debate que suscita entre la señora Hillary Clinton y el señor Donald Trump”. “Mostró su buena disposición y manifestó su voluntad de que nuestra relación -importante para ambos- se mantenga como hasta ahora”.

Antes, en el curso de la revelación de sus trabajos en la Cumbre G20, el Presidente aludió a “un encuentro casual” con varios Jefes de Estado. “Y fue con el presidente Barack Obama, a quien manifesté nuestro pleno reconocimiento a su franca colaboración y cooperación con nuestro país en sus años en la Casa Blanca”. “México reconoce en el presidente Obama su plena disposición hacia México en la cooperación en cuestiones de Seguridad, Educación, Medio Ambiente. Lo mismo que en la mejora de la infraestructura en nuestras fronteras. En rigor -expuso Peña Nieto- utilicé la presencia del presidente Obama en esta reunión de los 2o. países más poderosos del mundo para comunicarle la gratitud de México hacia su administración. Es oportuno recordar que aquí ocurrió la última presencia de Barack Obama en la Cumbre del G20”.

Apresurado, el presidente de México Enrique Peña Nieto dio cuenta de la atmósfera que imperó en esta cumbre. “Ante la desaceleración económica decidimos seguir por la ruta de la globalización. Rechazar cualquier forma de proteccionismo. Determinamos procurar que el desarrollo sea igualitario. Que beneficie por igual a todas nuestras sociedades. China y Estados Unidos ofrecieron impulsar sus esfuerzos en materia de cuidado del medio ambiente. Cumplir con lo pactado en París a fines del año pasado”.

Con el Presidente de la República Popular China convinimos en impulsar los tratos que iniciamos en el año 2013. A estas fechas ya exportamos carne de cerdo, mora azul, aguacate, tequila y otros productos a esta nación.

Reseñó el presidente Peña Nieto que puso al corriente a los integrantes de esta Cumbre del G20 los logros de su Gobierno. “Se valoró la importancia de las Reformas Estructurales. Aún si no dan resultados inmediatos. Se recomendó promoverlas”. “Puse al tanto los efectos de nuestra lucha contra la pobreza. Igual que los éxitos de Progresa. Es hora de intensa colaboración”, remató. Aplacó las ansias de los reporteros con la promesa: “Dentro de unos días los invitaré a realizar un amplia conferencia de prensa. Es mi compromiso”.

Apenas llegan los convidados a la Cumbre G20 en China, grupos de seguridad los rodean. Cuidan sus espaldas. Vigilan sus movimientos. Para evitar riesgos. Hombres – también mujeres- elásticos, pesados, entrenados. Bien vestidos. Ropa obscura. Gafas que son muro a las miradas. Se reconocen por el color de la camisa y la corbata. Y por su habilidad para moverse sobre las pistas de un aeropuerto o sobre alfombras y parquet de hoteles y salones con la eficacia de piezas de ajedrez. Proceden con rapidez. Celeridad. Que su protegido se guarde. Que entre pronto a la limusina que le ofrece un muy bien entrenado guardia. Con la portezuela abierta urge entrar. En el caso del presidente de Estados Unidos Barack Obama son necesarios dos individuos para mantener abierta la portezuela de “La Bestia”. Su blindaje lo exige. Llega Vladimir Putin y se toma su tiempo. Dentro del flamante automóvil se despoja del saco. Desde ahí saluda muy sonriente a diplomáticos y ayudantes. Por un instante su mirada muestra cordialidad.

La Cumbre del G20 en China debe cumplir riguroso ritual. Ceremonial dilatado. Bien organizado. Lo planean para evitar encuentros molestos. Esos que producen desaires. Como los que dedicaba -con evidente placer- el presidente Bush -el junior- al presidente del Gobierno Español José Luis Rodríguez Zapatero. Durante ocho años no le dirigió la palabra. Ni le devolvió el saludo. Lo humilló cuanto quiso. Dejó su mano en el aire. Lo desdeñó. Zapatero se quedó con la palabra en la boca. Se cobró Bush II la decisión de Zapatero. Retirar tropas. Las que Aznar -su antecesor- había enviado a combatir a Sadam Hussein con las de Tony Blair y las de Estados Unidos. Aznar -¡ay!- tan lambiscón y servicial con los gringos. Como en los años 5o. Francisco Franco. Entonces el Dictador -el golpista- entregó territorio español a los Ejércitos de Estados Unidos. Bases navales. Los periódicos de la época reprodujeron caricaturas. Francisco Franco en traje de gitana. Con castañuelas. “Le dicen la bien pagá”. Tal era el píe. Franco se dedicó a cortejar a los americanos. Y Aznar… También.

Hoy Mariano Rajoy -aunque sea Presidente del Gobierno de España “en funciones”- es saludado por Barack Obama. Y aunque haya sido un viaje relámpago -de menos de 24 horas- consiguió que el Presidente de Estados Unidos visitara España. Saludara a su majestad. Don Felipe. Y recibiera -de carrerita, en audiencias de 10 minutos, a los principales líderes políticos. El dirigente del PSOE. El de Podemos. El de Ciudadanos. Y a Rajoy. Desde luego. ¡Uf! Qué alivio. Obama estuvo en España.

Y el Presidente de la República Popular China, señor Xi Jingping debe dedicar horas a la fatigosa tarea de ¡recibir a sus visitantes!. Trajeado, sonriente. Bien cuidada la espesa cabellera. Perfeccionado el ademán. Los invitados cumplen horario. Y turno. Alfabético. Protocolo que es seguido con gran interés por los cientos de reporteros que se congregan en estos días en el Centro Internacional de Prensa. Estupenda organización. Magníficos alimentos. Trato amable. Y los reporteros y camarógrafos observaron comportamiento ejemplar. Ni abusos ni atropellos. Ni gritos destemplados. Ni disputas por los sitios para los tripiés de las cámaras.

ENRIQUE PEÑA NIETO VUELVE A DIALOGAR CON XI JINPING; DESDE LOS ALBORES DE SU SEXENIO SE PROPUSO RELANZAR LA RELACIÓN MÉXICO-CHINA

Quizá el personaje que provoca mayor interés sea el Presidente de Estados Unidos Barack Obama. Goza de enorme simpatía. Se le elogia la elegancia. La seguridad. El aire con que lleva el tan importante cargo. Las mujeres observan el avance de sus canas. Los varones el corte de sus trajes. La mirada que todo lo abarca. Y el discurso. Barack Obama encara los problemas con frescura. Palabras originales- Frescos puntos de vista. Obama. Tan atlético. Casi casi juvenil.

Desmayan, se desvanecen las jóvenes chinas -que atestan esta sala de prensa internacional. al ver al Primer Ministro de Canadá. El joven Trudeau podría pasar por un “rompe corazones”. Por un astro de Hollywood. Un ideal. Hombre de elevada estatura el hijo de Pierre Elliot Trudeau mantiene los destinos de un país muy rico; próspero. Debe participar n los problemas de migrantes. Miles quisieran ocupar ese rico territorio. Invertir, producir. Combinarse con los grandes. Trudeau lo sabe. Bien conoce su peso en este G20.

Pero los habitantes de este país se quedan “De a seis” cuando un mandatario europeo llega hasta el señor Xi Jinping y le deposita aparentes besos en las mejillas. Una exclamación de asombro, incredulidad, sorpresa invade el sitio. He aquí a un hombre que besa públicamente a otro hombre. Y de la estupefacción a la carcajada. Válvula de escape : la risa. Drena el embarazo inicial. La parálisis ante lo inesperado.

Comportamientos distintos. La ruta hacia el dirigente sucesor de Mao Tse Tung, Deng Xiao Ping y varios más es muy dilatada. Valla de militares de muy elevada estatura. Pandas las piernas. Deliberadamente. Continente delgado. Disciplinado. Cuerpos hechos en la exigencia, en la fatiga. Permanecen esos militares de élite aferrados a un arma. De perfil. Como si la ofrendaran al que pasa. Quien casi ni los mira. Su horizonte se halla mucho más allá. En el punto -alfombrado en intenso rojo- donde se encuentra Xi Jinping.

Presidente de aire bonachón, cordial. Así se mostró hace años. Estuvo en México. Y se quedó boquiabierto ante la majestuosidad de la cultura Maya. Recorrió ruinas. Chichén-Itza. Presenció el “Juego de pelota”. Con su esposa -señora de educado, delicado espíritu- Xi Jinping escuchó:

“Conesh…Conesh..

Paleshen…

Xsikubin…Xsicubin…

Yo col kin”…
Y LAS POTENCIAS DEL PRESENTE, TAN ARROGANTES Y SOBERBIAS COMO “LOS 4 GRANDES” DE HACE MÁS DE 70 AÑOS, CUANDO SE REPARTIERON EL MUNDO

Pues ya a principios del año 2013 había recibido en una isla china al presidente mexicano Enrique Peña Nieto. Decidido, el político de Atlacomulco había determinado:

“Vamos a relanzar la relación con la República Popular China. Me resulta inexplicable que se halle en tan injusto abandono. México y China pueden compartir un futuro que beneficie sustancialmente a sus sociedades. Yo me propongo…

Y ocurrieron otros viajes. Distintos encuentros. En diversos foros. Perseguían el mismo -invariable fin. El original.

Personajes que actúan según su urgencia. Su preocupación. Deslizan breves palabras. Claves. Atraen, comparten. Reuniones bilaterales. Espacios en la agenda.

Y si hace casi 70 años se hablaba de “Los 4 Grandes”. Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia. Roosevelt, Stalin, Churchill, De Gaulle. Y esos personajes enfrentaban a dictadores y guerreros para luego dividirse -repartirse- el destino del mundo. De muchos millones de seres humanos, hoy “Cuatro Grandes” parecen caminar juntos. Estados Unidos, Rusia, China, Alemania. No es esta la mejor hora de la Gran Bretaña. Ni de Francia. Sus líderes dicen. Pero no deciden como antaño. Estados Unidos es la superpotencia. Y Barack Obama lo luce. Encarna la superioridad. Ahí van los participantes en la Cumbre del G20 en China. Comparten la escalera eléctrica. La señora Merkel puntualiza argumentos a Xi Jinping. No lo suelta. Mateo Renzi abraza a Enrique Peña Nieto. Avanzan en plática. Quizá en torno a damnificados por los terremotos en la patria de Michelangelo Buonarrotti. Quizá.

Ese cortejo -su ascenso hacia el Gran Salón de Sesiones- que se prepara para la ceremonia de inauguración de la “Summit G20. China 2016”. Provoca nuevos, breves, comentarios de los reporteros chinos. Ya va a comenzar la soberbia reunión. Inversión. Innovación. Migración. Economía. A relanzar la Economía del mundo. Con el consejo de la directora del Fondo Monetario Internacional. La asesoría de don José Ángel Gurría. Excanciller de México. Exsecretario de Hacienda. Con el estudioso Bernardo Sepúlveda son los dos mexicanos de mayor relieve internacional. Todavía no hay quien supere la brillante carrera de don Jaime Torres Bodet. Más Gurría y Sepúlveda enorgullecen a los mexicanos.

Así, entre apretones de manos, diálogos entre dientes, y paladas en la espalda y sonrisas para cámaras fotográficas y de televisión comienza la Cumbre del G20. China 2016. A derechas los acuerdos esenciales hace tiempo ya están determinados.

EL SOL DE MÉXICO

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